lunes, 18 de enero de 2016

Una acción audaz

Vengo llegando a Santiago luego de una larga semana de "descanso soñado en la playa alejada de la ciudad", pasaron demasiadas cosas, DEMASIADAS.

Partiendo, obviamente por el comienzo, no quería irme, toda mi familia sabe lo mucho que detesto salir al menos de que yo realmente quiera salir, odio el agua, odio el mar, realmente esto se veía como la peor semana de mi vida (quizás exagerando). El recinto era hermoso, ciertamente, todo era verde, las cabañas estaban sacadas como de una película, tranquilidad, piscina "temperada" y sauna, era obviamente una cabaña V.I.P. hasta había una mucama que venía todas las mañanas a hacer todo el aseo, no puedo negar que en un inicio me encantó el lugar, pero al tercer día todo decayó, el 3G llegaba mal, mi tablet del día a la mañana comenzó a demostrar bugs cada cierto tiempo de uso, los animes que había llevado para ver me deprimían, no podía continuar leyendo Sankarea y los otros mangas no me llamaban la atención, a pesar de llevar un pequeño arsenal para dibujar para estar a gusto no pude dibujar casi nada.Ese día me comencé a sentir mal, mi abuela me criticaba por la ropa que me había colocado (bastante normal para mi) porque no era lo suficientemente "playera" y me criticaba que estuviera abrigada y con frío todo el día, hasta que comencé a mostrar signos de un resfrío leve, yo lo exageré para safarme de todas las actividades planificadas para el día, que era EXACTAMENTE LO MISMO QUE EL PRIMER DÍA, las actividades eran demasiado monótonas, hablando con mi pololo me entró la nostalgia de ir a Valpo con mi gueli que estaba allá, arrepintiéndome de haber rechazado su ofrecimiento de haberme ido con ella en vez de ir con mi lela, en fin cuento aparte, comencé a negociar con mi mamá, planteándole mi malestar por seguir allí, no conseguí mucho ni nada muy certero, ya que ella se iba a ir al recinto de Viernes a Lunes(día de hoy y de regreso), en ese momento pensé irme a Santiago sola, mi papá había dicho que los pasajes no salían más allá de los 3 mil pesos y le dije esto a mi pololo y luego a mi mamá, la cual se alteró en demasía (aún me ve como si fuera una niña chica que no puede hacer nada por su cuenta porque "algo" le puede pasar), me dio rabia y pena (además que me quemé injustamente las piernas), ese día dormí hasta que mi cuerpo no respondiera por ello.

Al día siguiente lo había decidido, me volví a hacer la enferma y habiendo hablado con el Nico para quedarme en su casa (A pesar de todo me costó y hasta me enojé con él) decidí elaborar mi gran escape. Cuando mi familia se fue a la piscina me dejaron sola, creyendo que yo estaría bien, hice un show normal y al momento de asegurarme de que se fueron y de que no se devolverían, tomé una mochila pequeña que había llevado y tiré ropa para 3 días y cosas que creía que si no las llevaba conmigo se quedarían en el Quisco.

Esto fue yo creo que lo más emocionante,tomé mis cosas, mp3 sonando y celular al bolsillo, escribí una nota, la mano me temblaba de la emoción, rogué de que no le dijeran esto a mi mamá, porque no quería arruinar sus vacaciones(ni las de nadie)para que ella igualmente fuera a las cabañas el día Viernes,salí e igual que un ladrón me escabullí por las cabañas, asegurándome de no ser vista por mi familia y me abrieron el portón eléctrico por donde pasaban los autos, aún con un poco de duda por cual camino de tierra tomar, lo dejé algo al azar y tratando de respaldar con mi buena memoria, estaba a unos segundos de devolverme y tomar el otro camino cuando distingo esa casa de veraneo pobretona con una imagen de Don Ramón en la puerta, lo había logrado, a pesar de que el camino no era para nada corto y me costaba levantar los pies debido a la tierra y al cansancio generado por dormir demasiado llegué al pavimento.

Para acortar la historia, compré un pasaje en un bus Pullman a 6.000 (más caro de lo que esperaba) que partía a las 6:30, miré mi reloj y vi que eran las 6:15 así que me dispuse a subir al bus y llamar a mi Pollo, cuando el viaje ya estaba avanzado mi familia se dio cuenta, armaron un lío grande y estaban desesperados, pero yo, ¡ERA EXTREMADAMENTE FELIZ ARRIBA DE ESE BUS!, estaba camino a Santiago al fin y tenía planeado ir a la casa de mi Pollo, todo era casi perfecto.

Cuando me bajé en el terminal de la Alameda, mis papás ya sospechaban de que iba a la casa de mi pololo, yo había intentado encontrar otro lugar para que me alojaran, pero mi mejor amigo (divertidamente también llamado Nicolás) no me podía recibir debido a que su mamá había vuelto a la casa, a pesar de eso igual me ofreció alojo, pero el Nico no me permitió alojarme donde el otro Nico, y mi otra opción era riesgosa en cierto modo, sabía que para quedarme en la casa de esa persona debía, como se dice, prestar el poto, obviamente mi pololo (que adoro a pesar de parecer una mamá pollo), no me lo permitió.

Nuevamente apelando a mi buena memoria, recordé que el día Sábado antes de que me fuera de vacaciones habíamos ido con el Nico a la feria Nippona y luego a su casa y divisé un local de Parilladas Argentinas así que lo llamé para confirmar la micro a tomar.

Cuando llegué a Maipú era de noche, tenía frío, pero me sentí mucho más emocionada, caminé un poco hasta nuestro último punto de encuentro, donde decidí llamarlo para que me viniera a ayudar y por sorpresa tenía 2 llamadas perdidas de él, me había salido a buscar desde antes y sin esperar mucho vi a mi Pollo (a pesar de ser un verdadero topo, logré identificar su robustez y su forma de caminar), aquí pasó lo caótico, le entregué mi mochila que no estaba bien cerrada y le advertí que no lo estaba y que tuviera cuidado porque iba mi celular, sin hacerme mucho caso la dio vuelta y "por suerte" solo se cayeron unos lápices. Llegué a su casa muy nerviosa, entré como una extraña (a pesar de ya haber ido a su casa varias veces) y estaba su mamá, era primera vez que la veía a pesar de que intercambiamos regalos en navidad, su cara no era la mejor y me sentí aún más nerviosa, anteriormente habíamos ido a comprar algunas cosas y en ese momento sospechamos de la perdida de mi celular, entonces al llegar a su casa comencé a escarbar en mis ropas, no estaba, salimos a buscarlo y a comprar otro pedido de mi suegri (la cual me estaba preparando la cena), cuando nos devolvimos yo me sentía mal por la cara que me había puesto su mamá, pero él me trató de calmar diciendo que solo estaba nerviosa, al llegar al lugar no lo encontramos y me largué a llorar, mi plan estaba en el suelo, sentí demasiada pena y no paraba de llorar. 

Cuando fuimos al negocio a comprar unos tomates y unos choclos, el Nico recibió una llamada mía, él pensó que habían encontrado el celular, pero... los que hablaron fueron mis papás, yo lloraba aún más a tal punto de que el mismo dueño de la tienda se preocupó por mi. Mis papás habían planeado un encuentro, el Nico no se negó y hasta me engañó y se aprovechó un poco de mi inestabilidad para que hablara con mis papás, me impresionó la forma en que mi pololo enfrentó la situación y su forma de hablar, a pesar de que en algunos casos me daban ganas de decirle "con eso la cagaste", era también la primera vez que mis papás veían al Nico por primera vez, mi suegra comenzó a llamarnos super preocupada y alterada, mis papás conducieron hasta la casa del Nico y nosotros ibamos muy agarrados de las manos mientras movíamos nuestros labios y para no ser descubiertos lo hacíamos en japonés "Kowai... - Watashi mo." sin mucha espera llegamos al destino, no pensé que los haría pasar, me sentí muy nerviosa, nuestros padres al fin se conocían.

Estuvimos al rededor de 2 horas en su casa, hablamos harto y nos reímos harto, pero todo cambió al momento de irnos, su mamá me abrazó con mucha fuerza y me besaba el rostro, como si no me quisiera dejar ir, aún recuerdo sus palabra "Maru cuídate mucho, por favor cuídate,te quiero". 
En el auto las cosas se me comenzaron a salir de las manos y no recuerdo muchas cosas, estaba en mi mundo, estaba viéndolos de nuevo y hablaba con ellos, cuando llegué a mi casa era tanto el trance en el cual me encontraba que no reconocía mi propia casa, me parecía ajena, mi propia cama no me parecía mía y hasta me daba asco su olor, que era mi mismo olor, estaba demasiado mal en ese momento, pero sus voces no paraban de sonar y eso me gustaba, no estaba sola.

El día siguientes fue un cáos, me sentí como una presa, y mi mente como me tenía engañada pensaba que era de la realeza, no podía tolerar que me estuvieran haciendo limpiar, mi mente pensó en muchas cosas, solo veía una salida y se llamaba "suicidio", quería tomar cloro, pero con el miedo de no agradarme y vomitarlo unté mi dedo y lo chupé, el sabor era grato en un comienzo pero luego se volvía asqueroso y en efecto me dieron arcadas. Cuando ya no podía más iba a combinar el cloro con un vaso de leche con chocolate en el momento que mi mamá entró al baño, pero se me ocurrió algo mejor, como me habían quitado toda forma de comunicación, prendí el smart tv de mi pieza y entré a face, con un vocabulario super abreviado le mandé un mensaje al nico, con el número de mi psicóloga, logré meterle presión a mis papás y hablamos toda la tarde.
Mientras transcurría la conversación me fui encajando, ya no me sentía ajena a mi misma y comencé a sentirme humana,tuve que volver al Quisco para que me devolvieran las cosas junto con otras promesas.

Fue realmente un día de locos, pero aún tengo grabado a mi valiente Nico que a pesar de que le temblaba todo, hizo lo posible por que yo estuviera bien y mi suegri que con toda la conversación que tuvimos, la siento muy cálida y demasiado acogedora.

Espero algún día poder demostrar toda mi gratitud hacia ellos.
Mi pololo y su mamá son los mejores. 

Una Maru, muy agradecida. 

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